La Fuga



Un preso se encuentra en una celda intentando escapar del lugar que suprime su libertad.




Preso: (En voz baja) ¡Carcelero! ¡Carcelero!

Carcelero: No me está permitido hablar con los presos, guarde silencio o acabará incomunicado.

Preso: No se preocupe, tengo cobertura.

Carcelero: Le he dicho que guarde silencio.

Preso: Sólo necesito un minuto de su atención y me callaré. Me gustaría hacerle una oferta.

Carcelero: ¿Una oferta? Está bien, le escucho.

Preso: Gracias, aunque creo que quizás tarde algo más de un minuto, anoche me apresaron con cloroformo de garrafón y tengo resaca.

Carcelero: Hable o me marcho.

Preso: No se impaciente amigo. Resulta que soy inocente, además de forma muy clara, así que no creo que haga falta ni acudir al juicio, usted sólo tiene abrirme la puerta y yo me iré a casa.

Carcelero: ¿y qué gano yo?

Preso: Tendrá mi reconocimiento de por vida, cuando camine por la calle y me cruce con usted le diré a todo el mundo que usted es el mejor carcelero que he tenido en mi vida.

Carcelero: ¿Cuántos carceleros ha tenido usted a lo largo de su vida?

Preso: Soy concejal de urbanismo, casi tantos como novias. ¿Qué me dice amigo? ¿Me dará la libertad?

Carcelero: Creo que con su reconocimiento no podré comprarme un coche nuevo…

Preso: Veo que habla mi idioma… resulta que en el jardín de mi antigua casa tengo un caja con todo el dinero que me queda, 200.000 euros, si me abre la puerta será suyo.

Carcelero: ¡Si cree que con todo su dinero me va a sobornar comete un grave error amigo!, al menos le hará falta también todo el dinero de su mujer.

Preso: Está bien… en ese jardín también hay una caja con 50.000 euros, la parte de mi mujer. ¡Pero no tengo nada más!

Carcelero: Bueno… pero como sé si me puedo fiar de usted, no lo conozco de nada, si me diese el dinero por adelantado…

Preso: Es usted un duro negociador… el jardín está en la calle Desengaño, número 22. Ábrame e iremos juntos.

Carcelero: Un momento…

Preso: ¡Eeee! ¿A dónde va?

Carcelero: Al cuarto de fregonas, mi turno ha terminado y tengo que guardar el cubo y la fregona, cuando vuelva el carcelero le diré que quiere hablar con él. Hasta luego.

Comentarios

  1. jaja muy bueno! Esto es lo que pasa por hablar demasiado pronto! XD

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  2. Jeje, qué bueno, y qué adecuado poner al concejal de urbanismo de turno; un clasico en los tiempos que corren XD!

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El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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