Súper Elegante & Casual Boy

Casi las tres de la mañana. Momento en el que los actos comienzan a levitar sobre las las ideas, y el principio y el fin de la barra se encuentran a la misma distancia del ridículo.
Vigilábamos desde la sombra la cuarta hora de la barra libre, y ahí estaba él. Tan seguro como el paso del tiempo. Ajeno al ridículo nupcial. Extrafalario Guccinni permanecía impertérrito, impertetrito e imperterido. Todo al mismo tiempo. De pie, cerca de la novia, fumándose un cigarrillo mientras el humo encauzaba todos los rasgos de su rostro. Su aspecto se asemejaba a la violencia, cada vez que se embutía en sus tejanos desgastados un grupo de Boy Scouts perdía la fe en Indiana Jones, el pelo grasiento le tapaba las orejas, la camisa estaba sucia en el siglo dieciocho y sus zapatillas lo habilitaban para correr los cien metros lisos desde el taller mecánico de su cuñado hasta la cervecería más próxima. El peor enemigo al que me he enfrentado nunca. El más difícil de eliminar. Su huella se expande sobre la sociedad, abriéndose camino con el sigilo y la firmeza de la marea hasta que te cubre las rodillas.
Casual Boy le cierra la salida. Es el momento de actuar.

Comentarios

  1. Señor Gincrispi, haga usted el favor de no desaparecer tanto tiempo para que los asiduos a su humor sigamos disfrutando de las peripecias de personajes tan genuinos como estos. Un besote. Espero que la vida, te esté tratando muy bien y que en ese estado resida el enigma de la ausencia....jejeje...

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El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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