Receta para un guacamole de 10

Aún no había llegado al umbral de la adolescencia, apenas estábamos en el portal de la preadolescencia cuando el tío de mi vecino Manuel se acercó y nos preguntó.

-¿Qué es lo que más os gusta de la vida?

Mis amigos respondieron casi al unísono y sin tiempo para masticar la respuesta.

-¡Los coños!

Yo me tomé mi tiempo para afirmar sin rubor.

-El olor a viejo de un libro mil veces releído y tu reloj de oro.

En ese momento me di cuenta de que quería ser escritor. No tardé ni unas horas en entrar en la librería de mi barrio para llevarme un ejemplar de Cuentos sin plumas, una pluma estilográfica y una pitillera de plata. Era increíble la facilidad que tenía Fermín, el librero de mi barrio de 78 años, para correr tras mis pasos. Durante mucho tiempo se convirtió en un referente para crear mis historias más exitosas y mis personajes con mayor riqueza: “Las rosas rojas y sus collares de perlas”, “El robo del reloj de cuco” o “Aquellas maravillosas carteras”.
Fue la primera etapa de mi carrera literaria, si tuviese que elegir un color para definirla quizás me decantase por el oro blanco de 18 kilates; elegante a la par que sincero.
Lo cierto es que a mis 13 años me siento un tanto exhausto y quizás ha llegado el turno de pasar de página, aunque uno nunca puede negarle un vaso de agua a las musas en mitad del desierto; y menos cuando aparecen con alhajas de plata.
Agrega un poco de sal. Recuerda que el guacamole puedes dejarlo varios días en el frigorífico pero siempre bien cerrado.

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