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Mostrando entradas de octubre, 2010

La dichosa moral

La mañana del 17 de enero de 2014 amaneció teñida de gris plomizo, otros tópicos acompañaban a la acción, como el de que me encontraba en un marco incomparable o que recibí un jarro de agua fría cuando conecté la televisión. Un levantamiento militar había tenido lugar, y todos los contrarios al régimen eran considerados gordos, así que no tuve más remedio que escapar del lugar. Sin embargo la tarea no iba a ser fácil, estaba en el tema tres de biología y nunca se me ha dado bien el tema de la división celular, ¿cuándo una célula se divide quién se queda con el perro? Al salir a la calle pude comprobar como el terror había ocupado hasta el último poro de la realidad, las balas silbaban, y las granadas pasaban sobre mi cabeza cantando Hotel California. En poco tiempo pude encontrar un lugar seguro, era confortable, había provisiones y tenía unas paredes sólidas. Junto a mí, sentado sobre un saco de harina se encontraba mi vecino Luis, que tiene un hijo que trabaja en la BMW

Premio.

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Resulta que Natalia, http://histeriasdemi.blogspot.com/, ha condecorado mi oficio blogero con un reconocimiento popular, desde aquí sólo me queda agradecerle el gesto y desear que el texto sea de su agrado. Aunque ya sabes que la actualización será con un toque de "El peor blog a esta orilla del río Tinto", ceñido a las fronteras de mis letras. Lo dicho, espero que te/os guste. --------------------------------------------------------------------------------------------------- La nieve había cubierto parcialmente el terreno, tan sólo las puntas de las rocas más arriesgadas lograban atravesar el gélido manto que el invierno había extendido sobre el bosque, junto a la montaña. El horizonte sólo mostraba el esqueleto de los árboles y el legado corpóreo de aquellos que no resistieron la llegada del frío y de la crisis económica, poco a poco Juno se acercaba a la gran cueva, el hogar del peor y más fiero habitante del lugar: el dragón de la montaña. En pocos minutos Juno detu

Abierto hasta el amanecer

Me encontraba en el salón Mesalina, el lugar donde mis sietes pecados capitales quedaban al amparo del crepúsculo para expresarse libremente, sin ataduras ni dudas morales. Al poco de estar allí me agregué a una partida de póker. A los quinces años descubrí que tenía un problema con el juego, estaba sentado debajo de un limonero, y tras la caída de dos limones, permanecí treinta y siete días esperando a que cayese el tercer limón, sin embargo sólo cayeron unas cerezas y tuve que volver a mi casa habiendo perdido treinta y siete días y siete monedas incrustadas en el tronco del árbol. La partida estaba formada por tres jugadores: el jugador apostado a mi derecha era el Conde Fregson, y el de mi izquierda el teniente de infantería Lord Svenson. Yo, por mí parte sólo era una cobarde y empedernido jugador de cartas; pero ese no es el tema, volvamos a la partida. El juego iba avanzando y las apuestas se sucedían, el Conde Fregson parecía un poco ausente, no cam

Liberación.

Nos encontramos en el octavo día, del primer mes, del año tres mil siete de la era de nuestro señor Tom Jones. Nos acercamos a nuestro destino, el planeta Collage Pop, el lugar donde se alojan los pintores más crueles y malvados del universo. Nuestra misión es aterrizar en el planeta, bajar a su superficie y gritar a los cuatro vientos que odiamos el Collage Por, acto seguido tendremos que colgar una reproducción de La creación de Adán , de Miguel Ángel, en el edificio más alto del lugar y huir del planeta antes de que nos coloquen una cinta de Mecano en el radiocassette de la nave espacial. El viaje ha sido largo y fatigoso, por fortuna contamos con CrispiTónic , tan fresquito como el Gintonic y tan nutritivo como el Gincrispi, maná caído del cielo. La nave no es gran cosa, el espacio brilla por su ausencia, de hecho para meter los muebles de cocina tuvimos que dejar algunas de nuestras creencias y conceptos en el hangar de salida, desde ese día el capitán no diferencia el ne

Destruya este documeto después de leer.

Yo era un tipo normal en busca de trabajo, bueno... quizás no era un tipo del todo normal, pero si que buscaba ingresos para afrontar todos los pagos que debía, la verdad es que soy un ser poco moroso. He probado oficios de todo tipo, mi primer trabajo fue de primer violín en la orquesta filarmónica de Viena; aunque confundí el concepto de música por el de albañilería, y el de violín por el de nata, nunca pude tocar el violín, pero la Ópera Estatal de Viena nunca tuvo un alicatado tan apetecible. Seguidamente obtuve otro empleo, el de domador de pulgas. Sin embargo el grupo de sifonápteros entró en huelga reclamando tres perros al día y una pausa para el nanocigarro, debido a esto, y a que la esperanza de vida de una pulga en período no bélico es de cincuenta días, perdí a mi grupo de trabajadores, y por tanto mi empleo. Acto seguido emprendí mi viaje por la enseñanza, obtuve una plaza de profesor de Biología en una escuela católica, donde tuve que impartir clases sobre el papel de D

La cacería

Me encontraba en la barra de un bar, rodeado de mentes de todo a cien, ángeles de pinta y colorea y la sensación de que los bares de gente moderna no están diseñados para mí paladar, respiraba humo de tabaco y saboreaba la última copa que mi sueldo de febrero podía costear, siempre tuve un problema de alcoholismo, querría tomar diez copas, pero sólo tolero ocho antes de caer redondo al suelo. Y esa fue la situación; deposité todo mi espíritu, mi mente, y mi organismo en conjunto sobre la lengua de una vaca, eso al menos pensé cuando posé mis manos sobre el suelo para pasar de ser un ser bípedo, a un ser cuadrúpedo y como último estado de la decadencia; una mancha de aceite sobre un charco de agua: derramado y extendido. Los chicos y las chicas del antro de la new, y definitiva, age habían tenido el detalle de expulsarme del bar junto con mi sombrero nuevo, un gran detalle. Al incorporarme protegí mi mirada de la inquisidora luz de la farola, se adent