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Mostrando entradas de agosto, 2010

Segunda parte.

Ella: (sacando un revólver del bolso), ¡¿Cómo has podido engañarme con este saco de pústulas?! ¡Este súcubo de los sentimientos! Melania: ¡Un mechero! Ma acaba de apetecer un pitillo. Xabier: No es el momento Melania. Cariño… Ella: (Apretando el martillo del arma) ¿¡Cariño!? ¿¡Delante de mis narices!? Xabier: No, no, no, cariño; es decir tú, Ella. Me refería a tí. ¿Por qué no bajas el arma y hablamos como personas civilizadas? Ella: (bajando un poco el arma) ¿Y qué entiendes tú por civilización? La poligamia es propia de culturas incivilizadas y aves de corral. Melania: (Vistiéndose) Cariño, no encuentro el camafeo que me regalagte. Ella: ¿¡Camafeo!? ¡Me dijiste qué te lo robaron! Xabier: No, cariño, esto… ¡Elle! No es tu camafeo, es una baratija que encontré en un rastro. Vamos… baja el arma, no merece la pena, acuérdate de mi primo Filipo, le pegaron tres tiros en la cabeza el mes pasado, y desde entonc
En la mayor de las camas de una casa a las afueras de la ciudad, una pareja retoza al margen de enlaces religiosos o contratos legales, sólo el pacto carnal une la acción de los integrantes de la cópula. En la parte superior de acto Xabier con 80 kilos de peso, en la parte inferior del fornicio Melania con 55 kilos y unos tacones rojos; y en la cerradura de la puerta de la planta de abajo, la llave de Ella, dispuesta a abrir la acción del diálogo que tendrá lugar inmediatamente después de que esta frase llegue a su fin. Ella: ¡¡Pero esto qué es!! ¡En mi propia casa! ¡En mi propia cama! ¡Xabier! ¿Quién es ella? Xabier: Un momento cariño. Puedo explicarlo todo. O quizás no. No diré nada si no es en presencia de mi abogada, te importa venir mañana a la misma hora, he quedado con ella aquí mismo. Ella: Eres un descarado, ¡cómo no lo he visto antes! Todo el mundo me lo decía pero no quería abrir los ojos. Melania: Bueno… si no os importa me marcho, yo sabe cuando una emp

Destino

Hoy puede ser un gran día, o mejor dicho, una gran noche. No termino de adaptar mi léxico a mi condición… ¿humana?, la verdad es que no sé como definirlo, hace menos de 24 horas que soy un vampiro. Y ha sido encender el móvil y todas las compañías de telefonía móvil no paran de intentar captarme; que si tarifas para hablar por la noche a mitad de precio, que si sms gratis a mis diez números vampíricos preferidos, etc, etc. Esto de ser vampiro tiene sus ventajas, la primera es que estoy de moda, es el momento de los vampiros, la segunda es que voy a dejar de atormentar mi cerebro con dudas existenciales, con intentar explicar que hay detrás de la muerte, pues es simple, detrás de la muerte estoy yo. Aunque siempre pensé que detrás de la muerte habría una sala de espera con una larga cola, y al final de ella una ventanilla con un cartel de vuelvo en diez minutos, siempre me produjo mucho estrés ese tipo de situaciones. Dicen que cada cual identifica el infi

Una noche en el museo.

Hola, mi nombre es Pablo Tambor y soy vigilante de seguridad del museo de “Filosofía, letras y macramé”, el nombre del museo suscitó una gran polémica en los primeros meses de vida de las instalaciones, pero con el paso del tiempo la gente fue aceptando la asociación de la Filosofía con las letras. Hace poco que comencé con este trabajo, mi familia y mi padre insistían en que mi porvenir debería estar definido por un puesto en la corte suprema, con coche de lujo y casa de dos plantas, que mi potencial me permitía acceder a ese tipo de vida. Sin embargo yo me encuentro cómodo en mi puesto y no lo cambiaría por nada del mundo, bueno... quizás por nada de la sección de electrodomésticos de “El Corte Inglés”. Porque mi trabajo tiene sus fallos, como el sueldo, o ese maldito jubilado que se cree un abejorro y aparece atraído por el color de mi traje; pero bueno, este museo está lleno de grandes personalidades y sus correspondientes aportaciones al mundo. Al prin

La fiebre del oro.

Lee Paco Smith era un hombre, que además de tener un nombre bastante extraño, se encargaba de mantener la ley, el orden y un girasol que su vecina Adelaida le había dejado bajo su responsabilidad. El lugar donde imponía la voluntad de la ley era un pequeño pueblo a las afueras de un Ikea, creo que no lo he mencionado anteriormente, pero el contexto temporal es el del año 2780, período en el que Ikea se hizo definitivamente con el control de la humanidad diseñando una silla con inteligencia artificial. Lee Paco Smith recibió una notificación que le comunicaba la presencia de unos forajidos en los alrededores del pueblo, el tiempo apremiaba, aunque los forajidos no eran la única preocupación de nuestro Sheriff, ya que las reminiscencias de los sistemas educativos y nucleares del siglo veintiuno habían creado monstruos de veinte metros que desconocían la conjugación del verbo haber, se comunicaban mediante lenguaje sms y tenían un apetito voraz, la radiactividad por su parte les de