La rueca.


Dos individuos de mediana edad discuten en mitad de la calle, uno cree llevar la razón y el otro cree no estar equivocado. En mitad de sus intereses las palabras colman sus argumentos y el perro del más delgado de los dos, Conrado, tira y no hace más que tirar de su correa con la intención de inundar el naranjo más próximo con la vianda de la mañana, o mejor dicho, con lo que queda de ella. Mientras tanto, una tercera voz se alza sobre el furor callejero y el debate de los tertulianos para incitarlos a tomar asiento junto a él en una mesa con dos sillas vacías y una botella de vino a media llenar. Said es el primero en dirigirse hacía la mesa, Conrado lo sigue y en pocos segundos ambos se encuentran sentados junto a Bill.
Pero esto no tiene nada que ver con la historia, así que olvidaros del texto.


Despacho de un doctor.


(Llaman a la puerta, y aunque la puerta no puede responder porque es un ser inanimado, el sonido sobre ella determina el principio de este diálogo)



Doctor Gómez: Adelante.


Paciente García: Hola.


Doctor Gómez: Tome asiento.


Paciente García: Prefiero el café, pero aún así me voy a sentar.


Doctor Gómez: Y bueno, usted dirá.


Paciente García: Pues mire, tengo un dolor aquí, por encima del hombro, que no me deja vivir.


Doctor Gómez: Me parece bien, pero yo soy doctor en geología, ¿cómo quiere que lo ayude?


Paciente García: No sé, ¿no podría darme con algunas de sus piedras en la cabeza? Este dolor es insufible, fribe, fribre,


Doctor Gómez: -Frible. Insufrible.


Paciente García: Pues eso mismo.


Doctor Gómez: Pero yo no puedo hacer eso, dañaría mis piedras, y son un importante legado científico.


Paciente García: Maldito matasanos. Usted es como todos, ayer fui a la ferretería a pedir un préstamo hipotecario para la casa y me llevé toda la tarde allí.


Doctor Gómez: ¿Y le dieron la hipoteca?


Paciente García: No, solo me dieron un crédito y una caja de puntillas. ¡No vuelvo a esa ferretería!


Doctor Gómez: Quizás debiera ir a un banco. O a un doctor en medicina, pero bueno, solo es una conjetura.


Paciente García: El otro día estuve en el banco, necesitaba un jersey de lana para el invierno.


Doctor Gómez: ¿Y se lo dieron?


Paciente García: Claro, aunque el color no es de mi agrado. Pero bueno, también me dieron 10.000 euros.


Doctor Gómez: ¿Fue a por un jersey y le dieron 10.000 euros?


Paciente García: Efectos colaterales.
El tipo se levanta y comienza a fisgonear por el despacho...


Paciente García: Bonito despacho, ¿hacen excavaciones arqueológicas?


Doctor Gómez:Sí, ahora estamos inmersos en una. En el centro de la ciudad.


Paciente García: ¿Y tienen la licencia 7/56b?


Doctor Gómez: No, hasta el mes que viene no hay que tramitarla.


Paciente García: “Graso” error, cambio en la normativa. ¿Sabe qué su empresa puede ser multada con 9.500 euros?


Doctor Gómez: ¡¿Cómo!? ¡No puedo afrontar ese gasto!


Paciente García: No se preocupe, me deben un favor en el banco, puedo dejarle el dinero y me sobran 500 euros.


Doctor Gómez: Gracias... ¿Cómo podría pagárselo?


Paciente García: Pues verá, los fenicios que están desenterrando no tienen nada que hacer ahora, están mejor bajo tierra, ¿por qué no echa un poco de tierra encima? Así no tengo que ir a la ferretería a pedir un crédito para los de la obra.


Doctor Gómez: Entiendo...


Paciente García: Perfecto, entonces me marcho. Es usted un doctor magnífico, ya no me duele el hombro. Hasta más ver.


Doctor Gómez: ¡Un momento señor! ¿A qué se dedica usted?


Paciente García: Pues de momento solo soy un caradura, pero dentro de poco seré alcalde.

Comentarios

  1. Buen camino lleva, que duda cabe.

    ¡Gracias por tu visita!

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  2. Estoy de acuerdo, por buen camino. Muy buen final para el relato que te mantiene intrigado, solo por saber cual sera la siguiente locura.
    Saludos http://bartwritesit.blogspot.com/

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  3. Como siempre, descolocas al lector al mismo tiempo que le retuerces de risa. El tipo es una especie de disléxico funcional, cuyas acciones desubicadas ya no se sabe si son adrede o fruto de su delirio (muy cuerdo, por otro lado).

    Regresar por aquí es siempre delicioso. Propongo retomar nuestros textos, aunque tengo que reconocer que he perdido el comentario que me dejaste sobre las nuevas gininstrucciones. Qué tal si vamos por mail? vanitydust@gmail.com

    Abrazos y créditos,

    VD

    PD: la historia inicial, completamente disfuncional, me ha flipado, el tema de la fragmentación sabes que es una de mis perdiciones!

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El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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