La SGAE cobra 3.000 euros a un viandante por toser a ritmo de Verdi.

Antonio Pérez Pérez, castellonense de 34 años se encontraba caminando por las calles de la ciudad que lo vio nacer, cuando un enfriamiento que cogió varios días antes se hizo presente en forma de resfriado trayendo consigo la consecuente tos. “Nunca me imaginé que esta herencia de mi madre pudiese traerme estas consecuencias”, al parecer el ciudadano tosió a ritmo de La Traviata y un justiciero agente de seguridad de la SGAE que se encontraba cerca acudió al rescate de los derechos de autor de Giusseppe Verdi, “Es una injusticia que se vulneren así los derechos de este músico, ese señor debería ir a la cárcel o en su defecto a un lugar oscuro donde no pueda toser”. Según hemos podido averiguar la tos del denunciado es algo natural que pasa de padre a hijos y de hijos a abuelos dentro de su familia, “No intento vulnerar los derechos de nadie, lo he heredado de mi madre. Ella tosía a ritmo de Verdi, lo que ocurre es que ella era más de Rigoletto. Sin embargo mi hermano mayor a salido a mi padre, el estornudaba a ritmo de Mozart, cuando llegaba el invierno nos ahorrábamos un dinero en ópera”. Ante este hallazgo la SGAE está planteándose llevar a los tribunales a todo aquel que padezca una patología musical o una dolencia folclórica con el fin de que se haga justicia en el mundo musical, ese lugar controlado por los artistas, en el que los productores no ganan apenas dinero y tienen que ahogar sus depresiones en piscinas que cada vez son más pequeñas y con menor números de modelos veinteañeras. Sin duda hay que hacer algo para evitarlo.



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