Vuelo 307



El vuelo ultramarino Huelva-New York se encuentra en mitad de su camino cuando los motores del avión comienzan a fallar, un mensaje de advertencia del capitán a los habitantes del transporte pone en estado de defcon 1 a uno de sus pasajeros...


Turturro: ¡Socorro, socorro! ¡Vamos a morir!


Azafata: Tranquilícese señor y guarde la compostura. Nuestro capitán es un profesional con muchas horas de vuelo y podrá sacarnos de esta situación.


Turturro: ¿Muchas horas de vuelo? ¿Pero cuántas horas de choque contra el suelo tiene señorita? No vamos a volar , ¡si no a estrellarnos contra el océano! Un océano que estará lleno de animales hambrientos... ¡Necesito un arma! ¡Un arma... y un flotador!


Azafata: Por favor señor, está poniendo nervioso al resto del pasaje. Respire profundo...


Turturro: Señorita, ¡déjeme en paz! Tengo que trazar un plan para salvarme. ¡Dios santo! No puedo pensar... estoy bloqueado, ¡Voy a morir! Un momento, inspirar, expirar, inspirar, expirar. ¡Aaaaa!


Azafata: ¿Qué le ocurre caballero?


Turturro: Tengo una crisis, tengo una crisis...


Azafata: ¡Dios mío!, ¡un médico!


Turturro: No, no, tengo una crisis... tengo una crisis...


Azafata: ¿Una crisis? No lo entiendo.


Turturro: Una crisis... una crisis...


Azafata: ¿Necesita un economista? ¿Un cura? ¿Un abogado?


Abogado número 1: ¿Abogado? ¿Alguien me ha llamado?


Abogado número 2: No, no, habrá sido a mí.


Abogado número 3: Quizás a mí.


Turturro: Dios santo, ¿cuántos abogados hay en el vuelo?


Azafata: Contándonos al capitán y a mí somos diecisiete.


Turturro: ¡¡Nooo!! ¡Tengo una crisis existencial! ¡Necesito un filósofo!


Azafata: ¿Hay algún filósofo en el vuelo?


Caine: ¡Sí! ¡Yo soy filósofo!


Azafata: ¡Acérquese!, necesitamos su ayuda.


Caine: Hola, encantado.


Turturro: Hola, puede llamarme Turturro. ¿Cómo se llama usted?


Caine: Me llamo... ¿cómo era?... veamos, ¿nissan?, no eso es mi coche.


Azafata: Consonante.


Caine: La N de Nicaragua.


Turturro: Vocal.


Caine: A de altramuz.


Azafata: Consonante.


Caine: C de casa.


Pasajero: Vocal.


Caine: La I de izquierdo.


Azafata; ¡Lo tengo!


Turturro: ¡Vaya! Lo tenía muy cerca.


Pasajero: Sí, yo también.


Azafata: Caín, usted se llama Caín.


Caine: No, no, no.


Voz del capitán: Señores pasajeros y la cebra de la última fila; me alegra comunicarles que los problemas técnicos han sido superados y el vuelo vuelve a su estado de normalidad. Disfruten del viaje.


Caine: Caine, me llamo Caine. ¿En qué puedo ayudarle?


Turturro: En nada, ahora en nada. Si me permite un instante tengo que llamar a mi corredor de bolsa. Hasta luego.

Comentarios

  1. Doy gracias a Dios, al cielo, a la virgen, a los abogados y a los corredores de bolsa de no ir en ese avión. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Jajaj curioso relato. Yo en esa situación me habría puesto a dialogar tranquilamente con la cebra, seguro que tenía cosas más interesantes que decir que los abogados...XD

    ResponderEliminar
  3. Acordaros de este relato cuando hagáis un vuelo Huelva- NEw York, y todo irá bien. :)

    ResponderEliminar
  4. xD Es lo que tienen las dudas existenciales que van y vienen con la altura!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

Entradas populares de este blog

A Belén Esteban le cae un objeto de atrezzo en la cara y aparece un tercer rostro.

Receta para un guacamole de 10

Un poco de historia