La misión. Tercera parte.
Sargento: ¡A sus órdenes capitán!, ¡gracias capitán!
Capitán: Venga muchacho, ¡acaba con ellos! ¡Qué pundonor!
Soldado: Me recuerda a mí cuando tenía pundonor… lástima que me lo dejase en los calzoncillos del día anterior.
El sargento parte en pos de la victoria a través de una pared derruida.
Cabo: Capitán, mi capitán.
Capitán: Dígame cabo.
Cabo: Inteligencia me informa señor.
Capitán: ¿De qué le informa cabo?
Cabo: Perdón, olvidé leer el mensaje.
Capitán: Pues hágalo cabo.
Cabo: Claro señor. “Ocho huevos”.
Capitán: ¡Lo sabía! ¡¡Paren la tortilla!!
El sargento vuelve de la lucha.
Sargento: ¡Capitán!
Capitán: Sargento… ¿Ha acabado con el enemigo?
Sargento: No señor.
Capitán: ¿Y eso?
Sargento: Muy simple señor, si lo hubiese hecho le habría dicho: Sí señor.
Cabo: ¡Capitán!
Capitán: Dígame cabo.
Cabo: Inteligencia me informa señor.
Capitán: ¿De qué le informa cabo?
Cabo: Perdón, olvidé leer el mensaje.
Capitán: Pues hágalo cabo, hágalo…
Cabo: A sus órdenes señor. “Hay un tipo detrás suya”
Capitán: ¿Cómo?
Ramón L´argent: Buenos días.
El capitán se encoge del susto.
Capitán: ¿Ramón? ¿Y qué quiere usted?
Ramón L´argent: Vengo a embargar la guerra.
jajajaja hacía tiempo que no te leía, ya echaba de menos algo de tu estilo ;)
ResponderEliminarsi realmente se puede embargar una guerra, ésta es sin duda la más adecuada jajajaja
ResponderEliminar