Una tarde en el museo. IV


Annette: (Con un tono más complaciente y relajado hacía Sig) Siempre fuiste un bohemio, un amante de la libertad.

Sig: No te imaginas las piernas que tiene la libertad.

Annette: ¿¡Cómo!?

Thomas: ¡Voy a apretar el interruptor! ¡Mi vida no tiene sentido!

Sig: Bien visto no te falta razón, pero no creo que sea necesario montar este melodrama. Annette y tú podéis hacer todo esto por internet, hoy en día se pueden visitar museos desde casa, bastaría con destrozar el monitor.

Annette: No cambies de tema Segismundo, ¿tienes una cita?

Sig: (Nervioso y tartamudeando) Bue, bueno, quizás.

Annette: (enojada)¡Lo sabía!

Thomas: (Se acerca a Sig visiblemente enfadado) ¡Maldito filósofo de pacotilla! Annette estaba a punto de comenzar una relación conmigo, ¡lo has fastidiado todo!

Sig: ¿¡Cómo!? ¿Qué entiendes tú por cortejo? He visto protocolos nucleares con menos riesgos.

Annette se va a una esquina del escenario y deja a Thomas y Sig debatiendo sobre la situación.

Thomas: ¿En qué pensabas? ¿No podías inventarte cualquier cosa?

Sig:¿Y qué se supone que tengo que decir? ¿Cómo iba a saber que todo esto era para llevarte a Annette a la cama?

Thomas: ¡Eres un inculto! ¿Acaso no sabes que la mayoría de los movimientos intelectuales solo son estratagemas para conquistar a una mujer?

Sig: ¿Pero qué dices? ¿Me estás diciendo que la obra de Jean-Paul Sartre solo era un motivo para ligar?

Thomas: ¿Acaso no has visto una foto suya?

Sig: (Con tono incrédulo) ¿¡Seguro qué estoy de vacaciones!? Estoy empezando a sentirme como Michael Douglas en The Game.

Annette se vuelve a acercar a Sig y Thomas.

Annette: (Haciendo aspavientos para dirigirse a Thomas) ¡Thomas! Creo deberíamos seguir con el plan, deberíamos volar el edificio.

Sig: (Con tono conciliador) Un momento, un momento... ¿Por qué no os invito a cenar? Podríamos debatir el asunto con una generosa cena acompañada de un buen vino. Lejos del Diclo, diclo...

Thomas: Dicloroacetileno.

Sig: ¡Cómo demonios sea! (Annette lo mira mal) Perdón, quise decir: Dicloroacetileno.

Annette:(Con tono malhumorado) Nuestro destino está escrito, tenemos que seguir con el plan.

Sig: (Tartamudeando) Pe-pe-pero... ¡Thomas! Hace un momento estábamos hablando de esta maravillosa obra, ¿qué te parece?

Thomas: (Mirando fijamente al cuadro) Pues aún no sé si es una ventana abierta a la genialidad del autor, o es el simple garabato de un pertubado.

Sig: El autor murió hace un par de meses, tuvo una triple fractura de cráneo. ¡Maldito destino que adivinó su punto débil!

Thomas: Pues solo veo falos en el lienzo, probablemente el autor sea gay.

Sig: Loco, terrorista, homófobo y también diría que hidrófobo, ¿cuánto hace qué no te duchas?

Thomas: Es el aroma de la revolución, de la contraposición a lo preestablecido.

Annette: (Dirigiéndose a Sig) Deberías dar libertad a tu humanidad, ponerte en contacto con el animal que llevas dentro.

Sig: (Mientras se mueve a un lado y a otro del escenario) El movimiento contracultural no consiste en dejar de lado la sanidad propia, consiste en aportar argumentos contra las ideas preestablecidas. Una idea mal digerida puede traer letales consecuencias, ¿por qué creéis que empezó la segunda guerra mundial? Re-

Thomas lo interrumpe para dar su opinión al respecto.

Thomas: Conozco los motivos. En 1937 los japoneses atacaron China, mientras tanto, en una cancha de baloncesto de Varsovia un deportista llamado Adolf Hitler era derrotado en un partido de baloncesto por un joven de raza negra apellidado Brzechwak, más tarde compartieron vestuario y Hitler no tuvo más remedio que invadir Polonia.

Annette: ¡Thomas! No podemos olvidarnos de nuestro motivo, vayamos al centro del edificio para detonar las cargas.

Sig: (Acercándose a Annette) Por cierto Annette, sobre la concepción surrealista del cuadro hay un mensaje encriptado, corre el rumor de que en una esquina del lienzo se puede apreciar un mensaje del autor.

Annette: No me había fijado. (Annette se gira para observar el cuadro, en ese momento Sig aprovecha para hablar con Thomas en voz baja)

Comentarios

  1. Compañero, siempre he alabado tu talento como escritor, pero creo que esta vez te has superado... ¡no he entendido nada de nada!

    Para que veas que yo también hago mis pinitos como escritor, me gustaría que te pasases por mi blog a ver la última entrada.

    Aprovecho también para decirte que, ya que tengo más tiempo, procuraré volver a pasar por aquí con la frecuencia de antes.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

Entradas populares de este blog

A Belén Esteban le cae un objeto de atrezzo en la cara y aparece un tercer rostro.

Receta para un guacamole de 10

Un poco de historia