Una tarde en el museo. Fin.

Sig se da la vuelta para comprobar la situación de Annette.

Sig: ¿¡Annette!? ¿¡Annette!? ¡Se ha marchado! (se agacha para recoger el chaleco lleno de barras de gelatina) Se ha ido y ha dejado aquí el chaleco lleno de explosivos. Que ironía, al final quedo como el único representante de una idea que me pareció disparatada desde el principio. Bueno, muerto el perro se terminó la rabia, solo me queda marcharme a mi casa. Espero que mis próximas vacaciones sean menos movidas que estas...

Sig toma la dirección de la salida cuando una voz proveniente del fondo de un megáfono llama
su atención...

Megáfono: ¡Salga con las manos arriba!

Sig: ¿Cómo? ¿Pero esto qué es?

Megáfono: Atendiendo estrictamente a su pregunta, esto es una obra de teatro, micro teatro.

Sig: No, me refiero a la situación en si.

Megáfono: ¡Ah! Es un proceso mediante el cual yo le digo que salga con las manos en alto y
después lo detenemos, vamos, que somos la policía.

Sig: ¿¡Cómo!? ¡Pero si yo no he hecho nada!

Megáfono: Es inútil que lo niegue, los dos rehenes que se encontraban con usted nos lo han contado todo, usted planeaba volar el edificio por los aires. Será acusado de terrorismo conceptual, la peor de las versiones sin duda.

Sig: ¡Pero eso es falso! ¡Quiero hablar con los dos rehenes!

Megáfono: Eso no puede ser, se encuentran refugiados el próximo fin de semana en la habitación
Noche Nupcial de un hotel de Torrevieja dentro del programa de protección de testigos.

Sig: Pero yo soy inocente, ¡he sido engañado!

Megáfono: Claro, claro, usted es inocente... ¡Vaya con ese cuento a otro!

Sig: ¿Eso sería posible?

Megáfono: No, el cuerpo está corto de efectivos y soy la única unidad desplazada al lugar.

Sig: (se mueve nervioso por el escenario buscando alguna salida) Sabe... usted tiene una voz muy
bonita.

Megáfono: Gracias, antes de policía quise dedicarme al blues.

Sig: (sigue moviéndose) ¿Y por qué no lo hizo?

Megáfono: Nunca conseguí encender el micro, me fue más fácil entrar en el cuerpo de policía.

Sig: (se empieza a desesperar) ¿Y por qué no lo intenta de nuevo?

Megáfono: ¡Basta! Me han comunicado que usted porta explosivos y además tiene una personalidad inflamable, salga con los explosivos en una mano y con los conceptos en la otra.

Sig: (Muy nervioso) Pero... pero, eso es falso. Carezco de explosivos, y mucho menos de conceptos afines a la misión. Nunca estuve de acuerdo con esta absurda idea de volar el museo.

Megáfono: ¿La misión? Acaba de imputarse como el cerebro del acto, tal y como dijeron los dos
rehenes.

Sig: ¡Eso no puede ser!

Megáfono: Salga con las manos en alto y no oponga más resistencia. Varias unidades de policía se
encuentra de camino, así como los GEO y un señor con un palo untado de en caca. Si se resiste será untado.

Sig: (Resignado) ¡Yo solo quería ver museos! Solo quería tener unas vacaciones normales...

Megáfono: ¡Con las manos en alto! La sociedad lo ha calado, ¡salga ya! Sig se resigna y camina hacía la salida...

Sig: ¿Vacaciones? A una sociedad con libre pensamiento: a la sociedad de nunca jamás…

Sig se retira de la escena con los brazo en alto y la mirada hacía el suelo.












FIN.

Espero que os haya gustado.

Comentarios

  1. ¿El señor con el palo untado en caca es Felip Puig?

    Muy bueno, como de costumbre.

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  2. Barón Sottoflato de Buillón.

    Por supuesto que ha gustado, fiel a su costumbre mi estimado Gincrispi, no habría cárceles suficientes para contener a los reos acusados de “terrorismo conceptual”.

    Un fuerte abrazo.

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  3. Grincrispi, he organizado un concurso de relatos (pásate por mi blog y lo ves mejor explicado) y sería un honor contar con tu participación. ¿Qué me dices?

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  4. Lo del palo untado en caca es definitivo para el cuento. El punto de inflexión acaba estando en la mierda. El relato es todo, menos caca. Usted cuida los detalles señor Gincrispi. Un abrazo.

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  5. Quizas daba para un segundo acto donde supieramos qué pasó con Annette, que tiene nombre de estar buena...!

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El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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