La runa de la victoria. (uno más dos más uno menos uno)

Vaiki: Dígame caballero, ¿cuántas vocales lleva la palabra membrillo?


Ulaf: ¿Y eso qué importa ahora? ¡Estoy cansado de esta situación! ¡Umaf acaba con el político y el periodista!


Erik: Un momento, un momento, ¿por qué tanta prisa? No se sienta irritado por la presencia de la prensa señor Ulaf, sólo pretende informar.


Ulaf: Sólo existe una información: la mía. Todas las mañanas en radio Walhalla, 100,5 frecuencia modulada.

La presencia de medios contrarios al régimen son insignificantes, algo meramente testimonial, mi ejército y mi persona están encomendados a las voluntad de Odín, la victoria y un pastel de fresas serán nuestros.


Vaiki: Lamento discrepar, pero nosotros estamos encomendados al Back in black, disco posterior a la muerte de Bon Scott en los AC/DC.


Erik: No haga caso a mi compañero, si usted acepta no destruir nuestro poblado podríamos darle un pisito en el centro con vistas al abrevadero, todo un lujo de primeras calidades.



Ulaf: Mi ética vale mucho más que un piso en el centro, además si me hago con vuestro poblado todo su territorio será mío.


Vaiki: Está bien. No queremos el poblado. Quédatelo.


Erik se acerca rápidamente a Vaiki y le susurra en el oído.

Erik: ¡¡Pero qué dices!!


Vaiki: Tranquilo, es psicología inversa. Ahora pensará que algo va mal y no querrá el poblado.


Ulaf: Mmm, veamos que dice mi libro de autoayuda para conquistadores vikingos.


Ulaf abrió su libro, “Tu barba es frondosa”, y comenzó a ojear el capítulo tercero.


Ulaf: ¡Ajá! En el libro pone que intentas engañarme con psicología inversa, y que además piensas que tu compañero es un imbécil.


Vaiki: Menos mal que no dice nada de lo mío con su hija.


Erik: ¿Cómo? Piensas que soy un imbécil.


Vaiki: Vamos vikingo… no te lo tomes a mal, todo el mundo tiene defectos.


Ulaf: ¡Dejad de discutir! ¡Mi paciencia se agotó! ¡Umaf acaba con ellos!

Umaf agarró su hacha y se acercó lentamente a Vaiki y Erik, posicionándolos a la orilla de un acantilado que en el texto anterior no se encontraba ahí.


Erik: Es nuestro fin, ¡Vaiki es nuestro fin!


Vaiki: Todavía tenemos una posibilidad.

Vaiki arrancó la runa de piedra de su casco y sacó una honda de su bolsillo de vikingo, acto seguido, y como el gigante era algo lento aprovechó el tiempo para terminar sus estudios de derecho, montó un bufé de comida rápida y tuvo tres niños. Cuando el gigante llegó al lugar de combate Vaiki lanzó la piedra, con fuerza y destreza, impactando en otro vikingo que se encontraba en el ejército de Ulaf, con la fortuna de que ese vikingo era el punto débil de Umaf. Así que el gigante cayó redondo al suelo de piedras y guijarros, yaciendo como una ballena varada.

Vaiki: Nuestro diálogo se impuso Erik. ¡Hemos ganado!


Erik: La razón siempre se impone Vaiki, sobre todo si es de granito (nuclear).

Comentarios

  1. Este relato no hace otra cosa que acreditar mi desprecio hacia la prensa, solo espero que Ulaf tenga por aprendida su lección, recobre fuerzas y de una vez por toda arrase a ese infame poblado que cubre con embustes su cobardía.

    Magnífico relato el suyo señor Gincrispi, con la inteligencia y el humor que lo caracteriza.

    Un fuerte abrazo

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  2. Genial. Preciso y con un final a toda orquesta.
    Y esa manera de imponer la razón..hmmm..pero bueno, a veces es más preferible la de Vaiki a la que se usan por estos días para tratar de convencernos por algo, no?

    Me gustó mucho Gin..Beso!

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Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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