Cuatro picos de una cama.

Segunda parte





Vincent: Virgil, ¿es este el restaurante qué tiene la línea de productos EGO?



Virgil: Sí, el puding está delicioso.



Luke: ¿Productos EGO?



Atracadora: ¡Os acabo de dar un ultimátum! ¡Dadme todo lo qué tenéis!



Virgil: Sí Luke, ya sabes, es esa línea de productos que nada más abrirlos aderezan tu mente y tu alma con múltiples cumplidos y frases de abuelas.



Luke: Quizás debiera probarlos, hace tiempo que perdí el sabor de la felicidad.



Atracadora: Bob, ¡no me hacen caso!



Atracador: Ann, ¡te he dicho mil veces qué no me llames por mi nombre en el trabajo! Esto lo solucionó rápido, ¡saca la chata!



Atracadora: ¡Toma Bob!



Atracador: ¡Lo has vuelto a hacer! ¡No me llames por mi nombre! Muy bien, ¡dejad todo lo qué tenéis sobre la mesa! ¡Ahora!



Virgil: Deberías probar el puding Luke, nada más destaparlo ensalzó mi léxico y el yogurth no paró de hablar de mi cutis.



Atracador: (disparando al techo) ¡Se acabó!



Bill “El carnicero”: Oye tú, el irlandés de la escopeta, desde que entraste en el restaurante han pasado exactamente dos minutos. Debido al conjunto de valores que definen nuestro espacio euclídeo en este distrito, la policía tardará exactamente cinco minutos y cuarenta segundos en llegar a este lugar. He tardado un minuto en aportarte esta información, por tanto sólo te quedan dos minutos y cuarenta segundos para que tu novia y tú mováis vuestras apestosas caras de este lugar y huyáis con el dinero que tenéis en ese saco. Por el contrario todavía tenéis la opción de quedaros a intentar convencernos de que os demos nuestras posesiones en el tiempo que llega la policía. (Escupe)



Atracador: (bajando la escopeta) Está bien, no quiero vuestro dinero. Toma la escopeta Ann, ¡vámonos!



Vincent: Un momento, mi amigo Virgil necesita el dinero de vuestro saco para su obra de teatro, y mi amiga 9mm parabellum está de acuerdo con mi razonamiento, así que dejad el saco encima de la mesa y largaros por donde podáis.



Atracador: ¿Cómo?



Atracadora: ¡La policía! ¡Vamos deja la saca y vámonos!



Los atracadores huyen en dirección a la puerta principal.



Vincent: Debajo de la mesa chicos, va a comenzar la fiesta.



Luke: Prefiero morir de pie, antes que vivir de rodillas.



Virgil: Así sea.



Unos disparos más tarde el trío ascendió de debajo de la mesa para comprobar el estado de Luke y de la saca.



Vincent: ¿Y Luke?



Virgil: Está muerto.



Bill “El carnicero”: Un irlandés menos.



Vincent: Tenemos que buscar un sitio para desaparecer unos días. Hay que esconderse y pensar en la forma de repartir el dinero.



Virgil: Podemos ir al motel de mi amigo Norman, Norman Bate. Su madre es muy hospitalaria, os sentiréis como en casa.



Bill “El carnicero”: ¿Tú no vendrás?



Virgil: Tengo una casa justo al lado, será ideal para empezar mi obra de teatro.



Vincent: De acuerdo, pongamos rumbo a ese motel, la gente comienza a estar en estado de Psicosis por aquí, demasiada sangre.



FIN

Comentarios

  1. Sencillamente: impecable.
    Una liviana concepción de la muerte y los vínculos,las banalidades lograron imponerse y llegar la obra de teatro a su cometido..
    Será como la vida misma? Hmmmmm

    Besos !

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  2. Muchas gracias por la crítica Natalia. A veces la realidad necesita pinceladas de ficción para no caer en coma profundo...


    Saludos.

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  3. Pos sí que ha dao de sí la historieta. Zí zeñó.
    Mi sombrero abandona mi azotea en compañía de una mano por merecimiento, ciertamente.

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El Jes Extender es el opio del pueblo.
Al salir cierra la puerta que se escapa el gato.

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